Titulo: La otra
mitad de mi ser.
Autor:
Tamys de kim
Parejas: Yoosu
Género: Slash, angust, romance, mpreg, sobrenatural.
Extension: Oneshot
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Yoochun y Junsu
entregaban las cosas necesarias para su unión como a todas las demás parejas
que se unirían en la próxima luna llena necesitaban dar al sacerdote piezas de
plata ya sea en joyería o artículos cualquier cosa hecha con ella además de una
espada y telas en varios colores y texturas para la hechura de los trajes
ceremoniales.
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Después
de años en busca de una pareja Yoochun la encontró mientras visitaba la manada
de un amigo y aliado de guerra, Junsu se
encontraba jugando en el riachuelo cuando a su nariz llego el fuerte olor a
canela y vainilla, la piel se le erizo y por inercia sus pies comenzaron un
andar errático en dirección donde se encontraba su pareja.
Yoochun caminaba junto a su amigo Changmin
próximo alfa de la manda hablando de los rebeldes, estrategias y sobre todo
felicitando a Changmin quien se acaba de enlazar. De repente al pasar por el
pequeño riachuelo que cruzaba el pequeño
pueblo sus fosas nasales se llenaron del
olor más exquisito miel y panqueques. Ironía de la vida a el que siendo un lobo
no le gustaba lo dulce y que su pareja tuviera tal olor no le molestaba al
contrario lo estaba poniendo duro. Giro el rostro en búsqueda del delicioso
olor captando cuando un joven de cabellos negros y piel color crema corría en
su dirección, no habría que ser tonto para no saber que la belleza que venía
hacia él era su pareja, le encanto el pequeño hombre ni tan pequeño ya que era
visible que solo les diferenciaban pocos centímetros de altura en comparación
de Changmin y su uno noventa y cuatro contra su uno ochenta. Aun así, Yoochun
exudaba el poder que solo un alfa tenia.
-¿vas a dejar que el haga todo? – cuestiono
con gracia Changmin.
-no – gruño a su amigo y salió a atrapar a sus infiernos de pareja.
De cerca el hombrecito era simplemente
hermoso, sus ojos marrones contrastaban con su piel blanca y ese pelo negro
igual que el suyo más esa boca rosada que le invitaba a reclamarla. No podía
pedir más, en su clan no era mal visto
la unión entre hombres ya que el destino era quien elegía a las parejas y él
había decidió que juntos eran una perfecta unión.
Abrió los brazos justo en el momento
que su pareja entro en ellos y le abrazo
con fuerza inhalando su olor, llenado sus pulmones del magnífico olor que
desprendía. Junsu alzo el rostro y vio en la profunda mirada de su reciente
encontrada pareja el anhelo y el deseo,
sus mejillas se calentaron cuando su pareja le sonrió y lentamente unió sus
labios en su primer beso.
-soy Yoochun – se presento con una amplia
sonrisa.
-J-Junsu…. Me llamo Junsu – respondió
avergonzado y Yoochun no pudo resistirse
más volviendo a probar la boca de su
Junsu.
Esa misma semana cuando Yoochun tenía que
volver a su manada llevo a Junsu consigo, le había dicho a Junsu que podrían
visitar a su familia y él respondió que no tenia, que su madre había muerto
hace poco cuando rebeldes habían atacado el pueblo, aunque no hubo muchas
víctimas su madres fue uno de los fallecidos y eso había dolido como el diablo.
Años atrás su padre les había abandonado, marchándose del pueblo en busca de
una mejor vida y puesto que sus padres no eran parejas destinadas no sufrirían
la separación. Changmin les despido con alegría además burlándose de su amigo
quien aun no reclamaba a Junsu , Yoochun quería hacerlo en la ceremonia para
enlazarlos, la cual era una gran fiesta aunque Yoochun no era virgen hace años
Junsu la mantuvo intacta hasta que encontrara a su pareja, Yoochun lo había
comprobado cuando una noche en una entrega apasionada de besos y sutiles
caricias por hombros, y espalda Yoochun se aventuro a ir más allá, llevando la
mano a la entrepierna de Junsu y acunando su pene, a lo cual Junsu lanzo un
gritillo, su cara se volvió de un rojo profundo, encontrándose en la casa de
Changmin este al escuchar a Junsu salió de la cocina y soltó una carcajada a l ver como Junsu
tiraba a Yoochun del sofá y salía corriendo rumbo a su casa.
La espera iba a ser una agonía pero por
Junsu esperaría todo el tiempo que fuera necesario.
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-la ceremonia se
llevara a cabo dentro de dos semanas, aquellas parejas que no son originarias
de la manada sus parejas les explicaran que deberán hacer ese día y sus prendas
se les entregaran el mismo día de la ceremonia una hora antes de comenzar –
explico el sacerdote mientras algunos ayudantes recogían las pertenecías de las
parejas que se enlazarían.
-¿para que la
plata? – pregunto Junsu curioso ya que en su manada solo para completar la unió
se necesitaba tener sexo.
-buena pregunta,
jovencito – sonrió – la plata será utilizada para recubrir la punta de la
espada que han traído y esta será su protección, es algo más simbólico pero
algunos de nuestros guerrero las utilizan en batallas cuerpo a cuerpo o para
que las mujeres o parejas que no sean tan fuertes puedan utilizarlas para
protegerse en algún peligro.
De pronto un
fuerte estallido se escucho a las
afueras de la casa del sacerdote,
Yoochun con los demás guerreros salieron
de inmediato advirtiéndoles a sus parejas quedarse dentro, el sacerdote les indico que le siguieran para esconderse
el pueblo era atacado y todos corrían peligro hasta que esto no terminara.
Al salir Yoochun
observo la casa del alfa, quien era su padre cubierta en llamas. La ira corrió
por todo su cuerpo transformándose en un lobo gris de gran tamaño, a lo lejos lobos de la manada
peleaban a muerte contra rebeldes y puedo notar humanos, no, tal vez medias
castas. Hombre o mujeres hijos de un humano y un cambia formas donde en su
sangre predominaba más los genes humanos
y no podían transformarse solo sus colmillos llegaban a extenderse un poco y
nada más, lo cual para ellos era doloroso. Por lo tanto ambos grupos se aliaron
para derrotar y matar a toda criatura
cambia formas aunque ellos mismos fuesen unos.
La batalla era
sangrienta, charcos de sangre cubrían el suelo, el mismo propio Yoochun tenía
el hocico cubierto de sangre de quien sabe cuántos lobos. Los cuerpos de varios
guerreros también se encontraban en el piso, seres que habían luchado para
proteger a sus parejas e hijos. Vio una camioneta ir en dirección de la casa
del sacerdote, la cual ya había sido
atacada, corrió a toda prisa pero fue imposible cuando las medias castas
comenzaron a lanzar granadas. De pronto la casa comenzó a explotar en pedazos y
lo que quedaba de ella se incendiaba. La camioneta partió con todos los
tripulantes vitoreando su logro. Yoochun les dio persecución esos bastardos
morirían por atacar un el lugar donde se encontraba su pareja. Corrió todo lo
que su cuerpo pudo dándoles alcance, los medio cambia formas trataron de
matarlo disparándoles con sus modificadas armas las cuales las balas era de
plata según la criatura que fuese. Una logro darle en el hombro pero esto no
fue motivo para detenerlo al contrario lo enfureció mas y salto a la camioneta,
esta se detuvo de inmediato para que todos escaparan del lobo, no eran tontos
para enfrentarse a un lobo enojado mucho menos a al que próximamente seria el
alfa. Mas sin embargo les fue imposible huir, Yoochun fue mordiendo, desgarrando y matando a cada uno
de ellos hasta que los hubo aniquilado por completo. Partes de sus miembros
estaban esparcidos por todas partes dando una vista aterradora, a unos les
faltaba un brazo o pierna, otros simplemente estaba hecho jirones. Cuando la
niebla de furia e ira se evaporo de su cuerpo, Yoochun por primera vez sintió
el ardiente dolor de la bala sino era retirada de inmediato podría morir por
envenenamiento. Mas en estos momentos su preocupación más grande era Junsu,
saber sí estaba a salvo o sí había sufrido una lesión le tenía al borde.
Corrió con las
pocas fuerzas que le quedaban, la adrenalina fluyendo a tope y el corazón
acelerado con Junsu ocupando sus pensamientos por completo. Cambio a su forma
humana y el dolor se incremento, desnudo puedo apreciar los demás cortes que
adquirió en las peleas. La batalla se había terminado y los habitantes que se
escondieron ayudaban tratando de apagar los incendios o ayudando a los heridos.
El fuego en casa del sacerdote ya había sido controlado. Guerreros con heridas bastante graves
quitaban los escombros buscando una señal de vida por parte de sus parejas.
Yoochun se unió a ellos, gritando a un paramédico que lo dejara cuando trato de
llevarlo para curarlo. Poco a poco se hicieron paso por los escombros viendo parte de sus cosas para la ceremonia
regadas, las telas con las que cubrirían su lecho y parte del cuerpo de las
parejas hechas cenizas, los artículos de plata aplastados y rotos, el
escalofriante grito de uno guerrero se
escucho por todo el pueblo, de entre los escombros estaba una mujer con el
vientre ligeramente abultado guardando entre sus brazos una la espada de su
guerrero y la vasija de plata con la que recubrirían la punta, la había tomado
aun cuando la plata comenzó a quemar su piel, la pobre no había logrado llegar
al refugio en el sótano del sacerdote cuando la primera bomba cayó en la casa
provocando que una pared le cayese encima, matándola a ella y al bebe que venía
en camino.
La familia de la
mujer que estaba entre la multitud lloraba su pérdida mientras su pareja entre
lagrimas la llevaba en sus brazos. Se le aguaron los ojos a Yoochun con la
escena más triste que una vez vio. Conocía al guerrero desde que eran pequeños
y cuando encontró a su pareja. Se paro en el centro del pueblo presentándoles a
todos con orgullo a Yume la mujer con la que se enlazaría y también quien se
encontraba embarazada, esa noche las mujeres planearon hacer un banquete para
celebrar a la nueva pareja.
Los escombros
que cubrían el sótano de la casa fueron
retirados, los guerreros entraron a prisa sacando uno a uno las parejas que
salían inconscientes por la cantidad de humo que inhalaron, el ser cambia formas les ayudaba a
sanar rápidamente y no podían adquirir alguna enfermedad pero aun así eran
vulnerables y una bala podría matarlos.
Yoochun espero con
impaciencia a que Junsu le fuera dado en sus brazos, no hubo nada. El sótano
estaba vacío y sin señal de su pareja.
-Junsu salió del
sotana en busca de Yume pero no regreso – puntualizo el sacerdote antes de que le pusieran una mascarilla con
oxigeno.
-grrr…- gruño
Yoochun comenzando a quitar escombros de otras partes, quizás Junsu estaría
enterrado y si dios era bueno con el aun seguiría con vida, suficiente tuvo con
ver a su amigo sacar el cuerpo inerte de su compañera para soportar encontrar
el de Junsu sin ningún signo vital.
La noche cayó y
aun Yoochun seguía su búsqueda, el dolor
en el hombro aumentaba con cada minuto, sin embargo Yoochun no se daba por
vencido ya había quitado la mayor parte de madera quemada y aun no hallaban algún rastro de la pareja.
-hijo, no está
ahí – su padre le tomo de los hombros –
Junsu, no está aquí y en ninguna parte del pueblo – se arrepintió de decir la
palabras cuando los ojos de su hijo se volvieron blancos - ¡rápido! ¡Llevémosle
a la clínica su cuerpo a colapsado! –
ordeno el alfa.
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-¡ahhhhh! –
grito de dolor Junsu cuando polvo de plata fue esparcido en el costado
izquierdo de su cintura donde un guerrero en forma de lobo le mordió al
encontrarlo cerca del límite del escondite de los rebeldes.
-este es un
pequeño recordatorio por si vuelves a intentar huir – dijo su captor
antes de darle una patada en el estomago.
-Yoochun…- llamo
en un susurro a su pareja, de estar preparándose para la ceremonia que lo
enlazaría a Yoochun ahora se encontraba siendo prisionero de los rebeldes. Todo
paso tan rápido, salió a buscar a Yume cuando fue lanzado lejos por la
explosión que sacudió la casa del sacerdote, su cabeza le dolía y la
sangre que bajaba por su frente le
dificultaba ver. Se limpio con el antebrazo dejándose una máscara de sangre a
medio secar mientras más seguir
lentamente bajando por su frente, su cuerpo se paralizo al ver lo que debajo de
la pared seria Yume. Antes de que pudiera llegar a ella, un hombre le jalo de
cabello sacándolo del pueblo diciéndole que los chicos se divertirían con él.
-el nunca te
encontrara – le atino otra patada - el
maldito mato a varios de mis guerreros.
-se lo merecían-
otra patada le fue dada, curvándose del dolor.
-tú no sabes
nada – tomo el látigo con el cual azotaba a Junsu y las puntas eran de metal
recubierto de plata para que las heridas no sanaran rápido y dejaran
cicatrices.
-no… por favor…
- rogó – no más.
-oh ahora me dices que hacer – sonrió con sorna, la
mirada del hombre era la de un psicópata – tú
dirás que no pero tu cuerpo anhela mas….esas marcas son un bello regalo y decoran tu pálida piel con gracia –
Junsu giro a tiempo cuando las tiras de piel
dejaron una marca roja en su espalda – tsk. Falle – volvió a arremeter
contra Junsu solo que en esta ocasión las puntas se incrustaron en la delicada
piel abriéndole la piel y antes de que el dolor fuera menos otro par de azotes
llegaban.
Los gritos de
dolor solo animaban a su captor a seguir
azotándolo, cuando el dolor fue insoportable todo se volvió negro y perdió la
conciencia.
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Junsu, no está aquí y en ninguna parte del
pueblo…
Junsu, no está aquí y en ninguna parte del
pueblo…
Junsu, no está aquí y en ninguna parte del
pueblo…
La palabras de
su padre aun retumbaban en su mente, sin Junsu
moriría de pena. Como aun no lo reclamaba el lazo no estaba formado y no
podía sentir si estaba vivo o no. Y eso era lo que lo tenía con la
incertidumbre. Llevaba dos semanas en la clínica de la manada ya que la bala
permaneció mucho tiempo y sin ser atendido
por horas el cuerpo de Yoochun se debatió entre la vida y la muerte.
La ceremonia de
enlazamiento no se cancelo, pero se agregaría unas palabras para las personas
fallecidas en el ataque. Alfas de otras
manadas llamaron dando las condolencias y enviando guerreros que ayudaran a
reparar lo que hiciese falta en el pueblo. Changmin junto con su pareja les
visitaban ayudando en todo lo que podían.
-pase- Changmin
y su pareja So hee entraron en la habitación, la joven mujer llevaba consigo
un arreglo de flores.
-¿estás listos
para dejar este lugar? – Yoochun asintió, agradecía al médico y enfermeras por
salvarle la vida pero simplemente no soportaba mas estar en cama encerrado
dentro e cuatro paredes.
-Yoochun
¿llevaras la foto de Junsu para la ceremonia? El sacerdote junto con
voluntarios construyó un altar en su honor.
-la llevare, no
sé si mi Junsu este con vida o
quizás no – un nudo se le formo – solo tomare esta oportunidad como nuestra
propia ceremonia aunque él no esté aquí.
La pareja
asintió con tristeza, Junsu había pasado por el abandono de su padre y la muerte de su madre para que en
un instante fuese secuestrado y nadie
encontraba alguna pista que les dijese su paradero o condición.
Más tarde a la
luz de la luna llena, en el centro del pueblo las mujeres y hombres que en la
ceremonia tomarían el lugar de mujer iban
vestidos en ropa de colores hechas con telas enviadas por la manada de
Changmin que al enterarse hizo un donativo y la gente estaba agradecida con el
por su gentileza. Los hombres llegaron
por la derecha vestidos en ropas color marrón como estaban en primavera debían
utilizar colores de acuerdo a la temporada. Cada uno se acerco a su respectiva
pareja colocándose uno frente al otro.
El sacerdote p ellos junto a un
ayudante fue pareja a pareja atando la mano derecha de cada uno. Yoochun miraba
la ceremonia con melancolía sí Junsu estuviera, ellos serian una pareja mas
enlazando su vida por la eternidad, en cambio estaba solo y no habría nadie que
cerrara el gran hoyo en su corazón. Cuando las parejas tomaron los votos el
sacerdote pasó a dar unas palabras por las víctimas del ataque.
-perdimos a veinte hermanos. Unos dieron su vida por
protegernos otros simplemente fueron víctimas de esta cruel batalla – Yoochun
miro la foto de Junsu que se encontraba
hasta el frente –pero sin duda todos ellos eran nuestros hermanos y que ahora
sus almas descansan. Siempre les tendremos en nuestras mentes y corazones.
El llanto de las
mujeres se hizo escuchar, también
hombres lloraban en silencio. Yoochun fue uno de ellos si tan solo hubiera
reclamado a Junsu sentiría su lazo y sabría si estaba vivo o muerto sin embargo
el quiso reclamar a su pareja el día de su ceremonia de enlazamiento y sí
tuviera la oportunidad lo volvería a hacer solo para que la primera vez de
Junsu fuese especial.
Terminada la
ceremonia, las parejas fueron a la casa donde residirían su lecho ya había sido
preparado por las familias de ambos donde los hombres reclamarían por primera
vez o una vez más a su respectiva mujer u hombre mientras tanto una fiesta en
su honor se llevaría a cabo.
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-despierta – un
cubo con agua le fue vaciado a Junsu sacándolo de su sueño.
-tengo noticias
de Yoochun – sonrió con maldad el hombre – se ha convertido en alfa además de que se unió a una mujer la cual
espera ya un hijo de él – dijo petulante, poniéndose en cuclillas para jalar
del cabello a Junsu – el ya te olvido – soltó su cabello y comenzó a reír.
-No puede ser…-
murmuro estupefacto Junsu sus lagrimas emergieron empapando sus mejillas.
-claro que lo
es… después de solo un año se rindió tan fácil bueno hace meses que ve a esa
mujer según mi informante.
-el me ama.
-si te amare
pasaría el resto de su vida solo mas no es así ya encontró una hembra que le va
a dar a su primer cachorro, mascota – su mirada cambio en un santiamén, ahora
el hombre estaba serio y su mirada furiosa puso a Junsu en alerta – hoy tengo
ganas de jugar contigo y tal vez…no se quizás preñarte quiero un heredero y no
hay nadie mejor que tu para dármelo mas cuando las manadas se enteren que es de
la pareja perdida del nuevo alfa Park – tomo a Junsu nuevamente del cabello y lo llevo arrastrando
hasta su habitación de torturas, ato sus piernas y muñecas a los postes de la
cama – espero tu cooperación en esto, mascota.
-si… amo…- dijo
sin vida ¿Cómo Yoochun pudo dejar de buscarle? A lo mejor ni siquiera lo habría
hecho. Perdió todas las esperanzas de ser libre y volver a su lado y sí
volvería ¿Yoochun le aceptaría cuando ya su cuerpo había sido tomado por otro
hombre? Tenía tantas cicatrices que era seguro que Yoochun le aborrecería, lo
único sin una marca era su rostro el cual Goon Yo como así se llamaba su captor
le dijo que sería un pecado marcarlo por eso en cada azote o tortura que le
hiciese evitaba marcar el rostro.
El primer azote
llego y dio con fuerza en su estomago donde las puntas se clavaron y tiraron de
la piel al ser retiradas. Junsu no grito estaba muerto en vida lo que hizo
enfurecer a Goon yo quiso le azoto un
par de veces hasta que Junsu grito de dolor, su sollozo se hizo más fuerte y el
hombre ya tenía una erección al infringirle dolor a Junsu, dejo su juguete
favorito de tortura y se situó entre las piernas de Junsu, alineo su pene y sin
preparación le penetro provocándole un desgarro.
-entrégate a mí,
Junsu solo así quedaras preñado… - lo embestía con violencia como todas esa
veces que abuso de Junsu – si no lo haces, la próxima vez va a ser peor y así
sucesivamente hasta que mi semilla de frutos – le advirtió entre gemidos.
Junsu era un
chaman, así como había hombres que podían engendrar vida estaban los chamanes
quienes eran muy extraños y preciados.
Los chamanes no podían embarazarse a menos, sí el chaman se entregaba por
voluntad podría quedar en estado y dar a luz. Junsu se entrego a Goon Yo, al
fin y al cabo esta era su nueva vida, una vida llena de torturas le daría el
hijo que anhelaba el hombre si con ello
los golpes se iban por un tiempo ya no había nadie a quien
importarle y Junsu sabía exactamente que
moriría a manos del hombre le diera hijo o no.
-¡siii! – grito
Goon Yo cuando llego al orgasmo y lleno el canal de Junsu con su esperma. Y por
la voluntad de Junsu al entregarse al malvado hombre esa misma noche un nuevo
ser crecía en su interior.
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-¡Yoochun!- grito Changmin - ¡espera!
-¿Qué sucede?
– se dio la vuelta haciéndole cara a su
amigo.
-antes de que te
vayas ¿quieres ser el padrino de nuestro hijo?
-Changmin
–suspiro – soy el padrino de tus otros tres hijos ¿Por qué no eliges alguien
más?
-porque como te
lo he dicho siempre…. Sí algo legase a pasarnos a Soo hee y a mí, la mejor
persona para cuidar de nuestro hijos eres tú
-Yoochun se cruzo de brazos y sonrió a su mejor amigo.
-está bien,
llámame para avisarme el día de la ceremonia – le dio un gran abrazo a changmin
y subió a su camioneta.
-está bien, nos
vemos pronto – se despido Changmin y Yoochun fue dejando a atrás el pueblo.
Habían pasado
cinco años, en los cuales conoció a su
esposa, tuvo una hija pero la vida da sorpresas. Su mujer le era infiel e incluso lo abandono
con su pequeña hija de semanas de nacida, por si eso no fuera poco ella regreso
con un hombre del brazo y exigiendo le devolvieran a su hija que ¡sorpresa! No
llevaba la sangre de Yoochun por lo tanto tuvo que entregarla a sus padres
biológicos. Yoochun se decidió por la soltería, las noches de sexo con algún
chico caliente que encontrase en sus viajes. Su padre tuvo suerte conociendo a una
joven mujer con quien se unió y al poco tiempo le dio una hija, su querida
Sooyeon por la quien mataría en unos pocos años al bastardo que la hiciese
sufrir. El recuerdo de Junsu seguía en su mente, nunca supo nada de su paradero
y por la desesperación cometió la locura de casarse, grave error. Los rebeldes
seguían atacando pero implementaron dispositivos de vigilancia y los centinelas
vigilaban arduamente, llegando a ser muy pocos los ataques contra la manada.
Esta noche la
manada celebraría por la muerte de Goo Yon, quien en su último aliento juro que
su hijo le vengaría pero para eso faltaban años, el hijo del jefe de los
rebeldes apenas tenía cerca de tres años, el maldito lo llevaba a cada
pelea e incluso lo instaba a dar el
toque de muerte, un día llego a ver que el niño de tan solo dos años lloraba y
cubría su carita llena de sangre cuando Goo Yon lo obligo a cortarle el cuello
a un hombre. Era un sádico que parecía ni a su propio hijo quería.
-hoy estamos
reunidos para festejar que el líder de los rebeldes ha muerto también celebramos el gran esfuerzo de nuestros
guerreros quien lucharon con valentía y
coraje. Han sido años de batalla contra rebeldes pero esperemos que esto
termine y los rebeldes sin un líder se desintegren, gracias a las mujeres por
la exquisita comida, y señoras y señoras a que pasen una agradable noche ¡que
la fiesta comience! – grito con ánimo Yoochun.
La música se
empezó a escuchar en la pista de baile
los jóvenes y varias parejas se movían al compas de la música, los niños jugaban
mientras otros disfrutaban los platillos. Un jovencito llamo la atención de
Yoochun y de pronto se vio envuelto por las piernas de este mientras sus bocas
lidiaban una guerra sin final. El condenado era caliente y su esbelto cuerpo se
amoldaba a la perfección a sus manos, nadie los había visto salir rumbo al
bosque así que cuando estaban completamente solos el joven se abalanzo contra
Yoochun y este respondió con gusto.
Bajos sus
pantalones hasta los tobillos y luego el de su amante, le preparo con cuidado
porque no por ser sexo de una sola noche lo maltrataría, el chiquillo sollozaba
y rogaba por el pene de Yoochun asi que el alfa se enterró en el apretado
pasaje del joven, entrando y saliendo de él, ambos gimiendo, Yoochun tomo la
erección del otro y la sacudió al ritmo de sus empujes. Los arbustos se
movieron y sus instintos entraron en alerta apagando de a poco su erección.
-¿Qué pasa?- el
hombre se dio cuenta de que Yoochun ya
no estaba de ánimos.
De golpe se detuvo, un olor extrañamente
familiar llego a su nariz volteo entorno a los arbustos y lo vio ahí parado
después de tantos años.
-Junsu…
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Por fin Junsu
era libre, los rebeldes estaban desesperados por no tener un líder digno que
los dirigieses así que en cuanto pudo huyo con su hijo. Al principio los
hombres que le custodiaban casi lo atrapan
si no hubiera sido porque llego a la carretera y de suerte alguien paro
dándole un aventón al próximo pueblo en estos momentos seguiría encadenado
esperando por la muerte a manos del nuevo líder.
Junsu pensó que
con el embarazó Goo Yon dejaría de torturarlo, mas no fue así, el maldito lo disfruto azotarlo la mayor parte de la
gestación su pequeño Siwan nació con bajo peso por la falta de nutrientes,
incluso su nacimiento estuvo en peligro
cuando Goo Yon utilizo un nuevo látigo con
las puntas en forma de media luna,
Junsu fue el primero en probar el juguete de Goo Yon y por poco muere
cuando una de las puntas se clavo profundamente en su cuello si no fuera porque
el hombre disfrutaba herir a Junsu lo hubiese dejado morir ¿pero como pasaría
el tiempo? Por lo tanto Goo Yon llamo al médico quien le suturo la herida.
Con Goo Yon
muerto, regresaría a la manad de
Yoochun, no reclamaría su lugar y no tenía la necesidad de hacerlo. Para el
Yoochun no significaba nada su amor murió al enterarse de la boda de quien era
su pareja. Camino por días y comían lo que cazaba, su hijo estaba feliz después
de tanto tiempo lo veía sonreír, el pobre Siwan sufria de pesadillas por las cosas
que Goo Yon le hacía cometer, un niño de tres años no debería ver morir a
personas, a su edad Siwan solo necesitaba jugar y ser amado.
Ya había
anochecido y Junsu podía ver un destello de luz, camino con su pequeño dormido
en su espalda, a cada paso escuchaba los quejidos de alguien y pronto se dio
cuenta que era personas teniendo sexo. Siwan se movió y Junsu le canto para que
su hijo volviese a dormir. Salió de entre los arbustos y para mala suerte quedo
enfrente de la pareja, ambos con los pantalones hasta los tobillos. Sonrió
cínicamente cuando reconoció, al hombre de cabello azabache y que sostenía el
pene del otro, sin duda ese era Yoochun. El olor de su pareja llego pero el
resistió el impulso de ir a su encuentro. Junsu volvía a replantarse que
Yoochun no lo amo, así como fácil se casaba con otro, le era infiel a su
esposa. Siguió su camino dejando a Yoochun terminar su asunto, no lloraría mas
por algo que nunca fue. Entro en el que se iba a convertir en su hogar, las
personas dieron un grito ahogado al reconocerlo, la música se detuvo. Todos los
ojos estuvieron puestos en Junsu y en el pequeño niño que cargaba en su
espalda.
-Junsu…- el
padre de Yoochun se acerco e intento abrazarlo, a lo cual Junsu dio un paso a
atrás e hizo lo que Goo Yon le había metido a golpes. Se arrodillo y bajo la
cabeza.
-señor –se
mordió el labio esperando no ser azotado. Había cosas que nunca se olvidarían.
-Junsu,
levántate no tienes porque hacerlo – el antiguo alfa ayudo a ponerlo de pie –
estoy feliz de volverte a ver, hijo – Junsu sollozo al ver la mirada llena de
calidez en el hombre – Yoochun se pondrá contento al verte.
-no lo creo…
señor.
-claro que si,
hijo – el padre de Yoochun tomo al niño en sus brazos - se parece a ti, Junsu. Es lindo.
-gracias.
-¡Junsu! – llego
corriendo Yoochun. Vio a las personas sonreír ¿Por qué sonríen? Se cuestiono.
-anda hijo, ve
con tu pareja – le insto a hacer el antiguo alfa.
Yoochun intento
abrazarlo pero Junsu lleno de furia se alejo de inmediato sacando una navaja y
la blandió contra Yoochun haciéndole un pequeño corte en el brazo, como se
atrevía Yoochun a querer pretender que no lo vio tener sexo en el bosque, de
inmediato lobos le rodearon.
-¡no! – grito
dándose cuenta lo que acababa de hacer, se dejo caer al suelo y espero por su castigo. La vez que hirió a
Goo Yon, este le saco al patio y le hizo rodear por lobos que lo atacaron
dejando las marcas de sus colmillos
gravada en su piel por unos días.
-¡alto! –
amonesto Yoochun acercándose a Junsu y se percato que se había desmayado –
padre trae al niño.
Padre e hijo se
dirigieron a la casa de Yoochun, en la
habitación de huéspedes dormía Junsu con su hijo.
-¿Qué voy a
hacer, papá? – miraba de Junsu al pequeño y después hacia su padre.
-protegerlos,
Yoochun. No sabes por lo que han pasado. Ese niño tu sabes perfectamente quien
es su padre.
-lo sé y es por
eso que necesito tu ayuda – su padre lo miro con duda – es el hijo de Goo Yon.
Junsu es un chaman el me lo dijo cuando nos conocimos y se lo se debe hacer
para poder concebir y sí él es el hijo de Junsu eso quiere decir que él se
entrego por su propia voluntad.
-aun no
comprendo, Yoochun.
-lo que te digo
padre es que Junsu pidió a los dioses quedar
embarazado del maldito de Goo Yon. El disfrutaba estar con el bastardo que
hasta tuvo un hijo de él.
-¿eso es lo que
piensas de mi? – Junsu miraba con odio a Yoochun.
-Junsu…
-así me llamo,
alfa – se sentó en el borde de la cama – lamento irrumpir en tu manada, me
llevare a mi hijo lejos de aquí y no sabrá de mi de nueva cuenta.
-no, Junsu. Tu
hogar es aquí. Eres mi pareja – gruño Yoochun.
-¿pareja? – rió
– no lo soy, tu no me buscaste…
-¡lo hice! –
Interrumpió – te busque por mucho tiempo….
-un año…un año –
negó con la cabeza- fue menos tiempo ¿y
tu esposa y tu hijo donde están?
-¿Cómo lo sabes?
– Yoochun lo tomo de los hombros y comenzó a agitarlo.
-Goo Yon tenía
sus fuentes, el me lo dijo – su mirada se endureció – me mostró fotos, de tu
boda, de tu familia. Aunque no sé si el chico caliente como así lo llamaste sea
tu amante – su voz era dura.
-Junsu, hijo
deja que Yoochun te explique cómo pasaron las cosas – se interpuso el antiguo
alfa.
-no hay nada que
explicar, señor – empujo a Yoochun liberándose de su agarre y tomo a su hijo –
el me olvido… se caso… siguió su vida y yo…- no iba a llorar – yo fui azotado
cada que mencionaba su nombre, Goo Yon abusaba de mi y sí, me entregue por
voluntad esperando no quedar en estado ¿Por qué? solo el saber que Yoochun
había hecho su familia me daba igual. De
todas formas nunca me dejaría ir…
-Junsu…no tenía
idea, por favor no te vayas – le rogo Yoochun.
-hijo quédate.
-¿para qué? Fue
mala idea venir aquí, pensé… solo pensé en llegar a la manada y pedir permiso
para vivir no en el pueblo sino en el bosque con mi hijo, las personas pronto
sabrán quien es siwan y lo aborrecerán, al igual que a mí.
-somos pareja,
Junsu. No puedes dejarme
-tu lo hiciste.
-no sabía dónde
buscarte.
-chicos
cálmense. Junsu pasa la noche aquí y mañana decides si te quedas en la manada o
te vas, nadie te obligara a hacer lo que no quieras – Junsu se alivio sino
donde pasarían la noche.
Yoochun y su
padre salieron de la habitación,
dejándolos solos. Junsu recostó a Siwan y se acomodo en la cama su lado
abrazando al pequeño permitiéndose por primera vez descansar sin tener que
estar alerta. Por primera vez en cinco años dormiría en una cama.
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Yoochun no podía
dormir, quería golpearse contra el muro. Junsu había vuelto y ¿Cómo fue su
reencuentro? Con el follando a otro tipo. Luego despotrico contra Junsu,
afirmando que Junsu había disfrutado el
estar con Goon Yo y después de la declaración de su pareja – pareja – que bien se siente volver a
pronunciar la palabra.
Le costó trabajo
controlar su ira, Junsu sufrió en demasía con el maldito líder de los rebeldes,
ante cada declaración Yoochun sentía sus garras salir y el pequeño niño no fue deseado, mas al contrario fue la luz
que Junsu necesito para aferrarse a la
vida. Tomo su teléfono celular y llamo al único que podría aconsejarle,
Changmin.
-espero que sea
algo importante, para que me estés llamando a estas horas de la noche –
contesto un Changmin somnoliento.
-Junsu apareció
– dijo sin más.
-¿Qué? ¿Cómo? –
el sueño de Changmin se fue con la sola mención de Junsu.
-como lo oyes,
Junsu apareció en el pueblo con un niño…- no sabía cómo contarle a Changmin
como sucedieron las cosas – Junsu tuvo un hijo de Goon Yo… el maldito siempre
lo tuvo cautivo.
-No me cuentes
mas, salgo de inmediato y estaré en tu
casa al amanecer. Corto de tajo la
llamada sin dejar responder a Yoochun. Solo quería desahogarse con Changmin,
con lo que no contaba es que su amigo saldría a toda prisa y
llegara en cinco horas máximo seis a la puerta de su casa con su pareja e
hijos. Junsu se alteraría al ver a su antiguo alfa, esto simplemente era una
mierda.
Cerca de las
seis de las siete de la mañana, golpes en su puerta le indicaron que Changmin
habia llegado y tal como lo pensó, venia con toda la familia.
-Explícame como
es que Junsu volvió al pueblo y con un hijo – exigió Changmin aun sin siquiera
dar un paso dentro de la casa de Yoochun.
-vayamos a otra
parte, Junsu está durmiendo en el cuarto de huéspedes con Siwan – jalo a su
amigo, llevándolo arrastras dentro del
bosque donde le conto todo lo que paso, las torturas de Goo Yo además del odio
que podía ver en la mirada de Junsu.
-Por lo visto la
tienes difícil, Yoochun- se cruzo de brazo.
-No paso por mi
mente volver a verlo, Changmin.
-al final te
rendiste y Junsu creyó que lo olvidaste.
-¿Qué puedo
hacer para que me perdone? La he jodido bastante – Changmin le dio un golpe en
el brazo -¿Por qué fue eso?
-para que se te
quite lo imbécil y empieces a mover el culo para recuperar a Junsu.
- tienes razón,
cortejare a Junsu y conseguiré su perdón – caminaron de regreso a su casa –
espero que Junsu este despierto necesitamos hablar.
Al entrar a la
casa todo era un caos Junsu estaba en una esquina con Siwan detrás de él. Soo hee trataba de acercarse mientras los
hijos de Changmin lloraban a todo pulmón.
-¿Qué está
sucediendo? – exigió Yoochun.
-¡dile que no de otro paso más! – grito Junsu
- ¡ella es un maldito omega! y-y toco a Siwan el proceso de curación a
empezado… - su rostro se baño en lagrimas y a Yoochun se le partió el corazón de
ver a Junsu llorando por el bienestar de su hijo.
-Junsu, eso
sería lo mejor para Siwan, ¿no quieres que este en paz con su pasado? – Junsu
asintió – deja a Soo he terminar el proceso.
-el va a revivir
todo…- murmuro – no quiero verlo sufrir, otra vez – sollozó.
-pero al final
el va a estar mucho mejor, igual tu si dejas que Soo he te ayude.
-¡no! Yo no
pasare por eso… quiero que Siwan sea un niño feliz pero yo no aceptare su
ayuda.
-¡ahhh! – el
grito de dolor que salía de Siwan puso al limite a Junsu, su pequeño se había
desmayado, rezaba para que su niño aguantara la curación de su alma.
-acuéstalo en el
sofá, Junsu – Junsu hizo lo que se le pidió, Soo he pasaba las manos por el cuerpo del pequeño mientras Junsu sostenía
su mano y le cantaba tratando de calmara un poco su dolor.
Changmin se
llevo a los niños a pasear mientras su
esposa hacia el trabajo, Yoochun estuvo al lado de Junsu todo el tiempo
confortando a su pareja.
-he terminado,
Siwan recordara todo pero se sentirá ahora libre, en paz.
-gracias – le
dedico una dulce sonrisa a Soo he.
-era necesario,
el es un pequeño para tener tan horrible pasado – comento – voy a buscar a Changmin.
-gracias,
Yoochun.
-yo no hice
nada, Junsu.
-estuviste a mi
lado – le sonrió y el corazón de Yoochun se detuvo por la belleza de Junsu.
-comencemos
desde cero, Junsu.
-no creo que sea
buena idea, Yoochun.
-¿Por qué no?
¿Acaso no sientes el tirón que nos atrae a estar juntos?
- lo siento pero
no confió en ti – se encogió de hombros – decidí quedarme pero en el bosque ya
le dije a tu padre y me dio permiso de usar su cabaña – Yoochun quedo en Shock
– me voy tan pronto como Siwan despierte, es lo mejor para ambos. Tú hiciste tu
propio camino y yo no creo encajar en el tuyo.
-Junsu no puedes
hacernos esto… somos pareja el destino nos unió porque somos almas gemelas… tu
eres mi otra mitad.
-durante cuatro
años solo fui un recuerdo… te aconsejo que vuelvas a creer que lo soy.
-¿y qué pasa con
Siwan lo alejaras de las personas? ¿Se
convertirán en ermitaños?
-Siwan y yo
vendremos al pueblo seguido. Sí mi pequeño quiere estudiar en otro lado lo
llevare a conseguir sus sueños, no importa si tengo que trabajar las 24 horas
con tal de que Siwan logre su objetivo.
-¿y tú? sí una
vez me amaste te pido que por favor nos des una oportunidad, dame un mes para
cortejarte y sí no quieres nada conmigo para entonces te dejare ir – puso las
cartas sobre la mesa esperando que Junsu aceptara la oferta.
-está bien –
suspiro – pero solo un mes. Y no, no voy a vivir contigo. – aclaro para que su
ahora pretendiente no se hiciera ilusiones.
-pero…
-acepta mi
condición, Yoochun.
-está bien –
acepto resignado, tenia treinta días para conquistar el corazón de Junsu.
Yoochun, juro
por su vida que si Junsu no le acepta lo tomaría en brazos, lo arrastraría
hasta la habitación no sin antes dejar a Siwan encargado con su padre. No
importaría los ruegos o que Junsu desquitara su furia contra él, Yoochun
reclamaría a Junsu para después darle unas cuantas palmadas en el culo por ser
tan malhumorado, ya que sí Junsu acepto la propuesta significa que no todo está
perdido ¿verdad?
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Junsu despertó
en la cabaña del Sr. Park, los rayos del sol entraban por la ventana y el aroma
de la naturaleza le daba tranquilidad. Aun dudaba del mes que le prometió a Yoochun,
pero en el interior estaba emocionado
por ser cortejado. Nunca le pretendieron en el pasado, puesto que no salía
mucho debido a la enfermedad de su madre, después apareció Yoochun y no hubo
tiempo de tener citas. Solo se abalanzaron el uno con el otro y de inmediato
Junsu ya vivía con Yoochun, convivían como una pareja de verdad, pero aun no
intimaban, Junsu estuvo completamente orgulloso de Yoochun por esperar el
reclamo hasta la ceremonia donde se
enlazarían, lástima que días antes fueran atacados y por cinco largos años no
se le permitió ver más allá del patio de la casa de los rebeldes.
Yoochun veía en
dirección del bosque donde la cabaña de su familia se encontraba, Junsu invadía
su mente a cada momento, su pareja estaría aun dormido o se encontraría
despierto preparando el desayuno de su futuro hijo, cinco largos años donde el
maldito líder de los rebeldes tuvo
prisionero a su pareja y le preño, de un
niño que desde temprana edad tuvo que
ver como las personas morían y donde Yoochun era fiel testigo de los golpe que
el pequeño recibía si no mataba a un
lobo de la manada enemiga. Un pequeño cachorro que empujaba sus diminutos
colmillos tratando de desgarra la piel de un lobo maduro. Tantas malas
vivencias que para su edad solo debían
ser risas y felicidad al lado de sus padres.
Pero ahora que
Junsu había vuelto Yoochun iba a ser todo lo posible porque su pareja e hijo
fuesen felices y que aquellos años de maltrato y cautiverio se quedasen en un
pasado que no les causara pesadillas.
Durante la
primera semana Yoochun no quiso agobiar a su compañero con respecto a las
citas, dejo que Junsu se adaptara al pueblo, las personas los recibieron
cálidamente. En ningún momento los trataron con malicia al contrario fueron
bien recibidos y la comunidad les ofreció su ayuda en caso de surgir problema
alguno.
Para la segunda
semana de haber regresado Junsu, Yoochun sentía su piel hormiguear, la
sensación de tener a su pareja cerca lo llevaba al borde solo su auto control
le hacía dar un paso atrás y no reclamar a su pareja frente a una multitud de
personas, pero cada vez que Junsu se
acercaba aunque fuese un metro de
distancia , su ponía duro, el aroma distintivo de Junsu lo enloquecía y su
pareja sabia como eso le afectaba, lo había notado en varias ocasiones cuando
Junsu se acercaba y un bulto crecía en la entrepierna de Yoochun. Junsu solo daba media vuelta no sin antes sonreírle a Yoochun con una sonrisa de “yo no hice nada malo”. Yoochun ya no
podía más o Junsu lo aceptaba como su pareja de una vez o de perdida aceptara
salir con él a correr por el bosque en su forma de lobo, algo que siempre había
añorado desde que encontró a su otra mitad.
Junsu estaba más
que decidido, dos semanas fueron suficientes para pensar detalladamente en la relación
que había dejado pendiente con Yoochun, se debatió entre dejar la manada o
aceptar al pelinegro. En ocasiones, las cosas malas que vivió le hicieron
decidir en irse lejos a vivir con su pequeño hijo, quizás mudarse a la ciudad
aunque no hubiesen muchos lugares al aire libre donde correr más sin embargo con solo pensar en Yoochun su
corazón se acongojaba y daba marcha atrás con su idea de partir lejos. Aun no
tenía una cita con Yoochun y no era porque su pareja no se la hubiese pedido
sino por el simple hecho de que Junsu se negaba solo para hacerle sufrir un
tanto por encontrarlo jodiendo a otro hombre, y uno cualquiera sino a uno muy
hermoso y eso le daba miedo porque Junsu no era competencia para un hombre con
la piel tan suave y sin marca alguna como su propio cuerpo que tenia feroces
cicatrices hecho por los abusos de aquel cruel alfa. ¿Qué sí deja a Yoochun
reclamarlo y ve su cuerpo con tales marcas que a los ojos de su pareja su reclamo
no valía la pena y le abandonase?
Queriendo
escapar del estrés, la confusión y de todo lo que le rodeaba salió a pasear al
bosque respirando el aire puro, sintiendo que cada una de sus preocupaciones se
esfumaban, llego a la poza que se convirtió en su lugar favorito la primera vez
que llego a la manada y exploro el bosque por su propia cuenta. Este lugar lo
relajaba de sobremanera, se quito sus ropas y se sumergió en el agua, disfruto
del momento de tranquilidad que el lugar le daba. Después de un rato de
nadar decidió salir. Se recostó a la
orilla de la poza y dejo que los rayos del sol calentaran su cuerpo.
-Jun…Junsu…- de
pie Yoochun admiraba el cuerpo desnudo de su pareja, su vista viajaba desde las
piernas hasta la boca entre abierta de Junsu, su cuerpo reaccionaba ante tanta
belleza, su miembro se erguía tan solo pensar en recorrer tan delicioso cuerpo.
Y El aroma de su pareja llenaba sus fosas nasales incitándolo a tomar lo que por derecho es suyo y le fue
arrebatado en el pasado.
-Yoochun…- dijo suave cuando vi
a su pareja observarlo, la mirada
llena de lujuria de Yoochun comenzaba a
hacer estragos en su propio cuerpo pero no quería entregarse fácilmente cambio
a su forma de lobo y corrió lejos de su
pareja, sintiendo la adrenalina corres por sus venas al notar que un lobo le
seguía detrás.
Corrieron por un
buen rato persiguiéndose el uno al otro, incluso cuando divisaron a lo lejos
una liebre fueron a su caza, corrieron
tras el pequeño animal que para su mala fortuna no llego a tiempo a su madriguera
y fue Yoochun quien la atrapo entre sus poderosa mandíbula, con el animal
muerte entre su hocico camino a paso lento a su compañero para dárselo como
regalo, obsequió que Junsu compartió con su pareja, comieron la carne cruda del
pequeño animal, terminado su banquete y aun en su forma de lobos Junsu limpio
con su lengua el hocico manchado de
sangre de su pareja, lo mismo que hizo Yoochun cuando Junsu termino con él. Regresaron
a la poza, sin embargo y no queriendo que alguien más llegara a interrumpir su
preciado momento Yoochun llevo a su
compañero dentro de una cueva que conocía y tenia perfectamente cubierta por
ramas para que nadie más la hallara, ya que en los días más estresantes corría ahí
y acampaba dentro de la cueva así podría relajarse y pensar las cosas con calma
y en frio. Dentro del pequeño espacio donde ambos y apenas cabían, por primera
vez en años volvían a darse un beso lento y suave. Uno temeroso por el rechazo
el otro nervioso porque hace tanto tiempo que besaba y estaba oxidado , se
miraron a los ojos y sonrieron para ser su primer beso no había estado tan mal,
además es uno de los tantos que ya se darían
más adelante pero para eso habría tiempo de sobra. Cayeron dormidos no sin
antes cambiar a su forma humana, ambos desnudos sin necesidad de ir mas allá de
solo abrazarse y pasar tiempo en los brazos del otro, se sentía tan correcto,
tan en paz…tan perfecto el poder por fin con su pareja de destino, la otra
mitad que le fue arrebatado, la otra mitad por la que lucharía hasta la muerte.
Su otra mitad de quien estaba profundamente enamorado. Y que con los años
venideros Yoochun se encargaría de darle solo felicidad y demostrarle que mas alla de ser parejas destinadas Junsu es como el oxigeno que necesita para sobrevivir.
Fin
Bueno un nuevo fic despues de tantooooo~ tiempo, espero les guste y no me maten por no actualizar "a cambio de una moneda" pero se me han ido las ideas e.e ....Disfruten este fic ^^.
nos vemos pronto ~♥
Gracias x el onest por favor continua
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