sábado, 26 de abril de 2014

Beauty

Titulo: Beauty

Autor: Tamys de kim

Parejas: YooSu

Género: slash

Extensión: Oneshot

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Se esconde en la oscuridad, en cada esquina…en cada rincón que prometa ser un buen refugio,  Junsu no quiere que nadie le mire y le trate igual que un monstruo. Por eso no le gusta siquiera salir a la calle desde la ventana de su habitación mira a la persona caminar por la acera, los niños correr tras una pelota….a los enamorados abrazarse o darse un cálido beso. 


Un día tuvo a alguien que lo amaba y le daba todo por él, pero no fue así el día que Junsu  fue secuestrado y liberado días después por  que sus padres pagaran el rescate a tiempo. El día que Junsu volvió a ver la luz artificial de las bombillas del cuarto de hospital ese día perdió  a la persona que lo consideraba su gran amor. El hombre que había dicho que Junsu era su todo se largo  al ver el rostro de Junsu marcado con tanta cicatrices a medio curar, su rostro parecía una máscara hecha para halloowen  todo su rostro eran marcas de la tortura que había recibido no solo su bella cara sino también su cuerpo. Cicatrices que  no se borrarían nunca aun si se sometía a cirugía o tratamientos faciales, las cicatrices quedarían aun visibles y eso no curaría el dolor, sufrimiento y abandono que acompleja su corazón.

Sus padres están de viaje como de costumbre dejando al pobre muchacho solo en esa gran casa, después del secuestro los progenitores de Junsu estuvieron a su lado por días cuando su cuerpo estuvo curado más tarde volvieron a su trabajo alegando no poder dejar botado lo que les daba comida. Los sirvientes no son de agrado para Junsu, el los ha escuchado burlarse de su rostro, les ha visto bromear, les ha escuchado hablar de aquel que una vez le prometió la luna y las estrellas. De que lo han visto acompañado de tan bella y exquisita mujer de alta sociedad y de las crueles palabras que ha dicho sobre su persona tratándolo como un fenómeno o el nuevo  frankestein de elite. Que ni pagando a un sexo servidor este quera acostarse con alguien como él. En todos los años de relación que tuvieron nunca conoció la faceta  de engreído y  canalla de su ex amante. Comprende que solo le quería por el dinero y apariencia atractiva pero ahora lo único que le queda es el dinero  o mejor dicho el dinero de sus padres, no es que  Sun-AH y  Kang-Ho no lo amen es solo que ellos están completamente metidos en los negocios que su hijo ocupa poco espacio en sus mentes.
El camión de mudanza llama su atención, alguien nuevo se muda al vecindario. No le importa quién sea su nuevo  vecino sabe que sus criados  se encargaran de mencionarle a su vecino el monstruo que tienen como señor. Junsu  toma un largo baño y llora en silencio al verse frente al espejo que le muestra lo horrible que es, porque nadie ve más allá de esas cicatrices, todos ven al muchacho con repulsión y se alejan de inmediato nadie ve al joven de  noble corazón que solo quiere tiene hambre de amor. Lo único que las personas miran es la apariencia y Junsu ha aceptado que nunca será bienvenido.

Ruido y gritos de personas lo despiertan, mira  el reloj sobre su mesita de al lado y nota que son las diez de la mañana, ha dormido de mas y no podrá bajar a tomar un vaso de leche sin ser visto por uno de sus empleados. Acabado su desayuno-almuerzo  solo en el amplio comedor se dirigió al despacho de su padre donde el persistente ruido estropeaba su tranquilo día. Desde la ventana  podía notar a la gente trabajo en el jardín del vecino colocando  equipo de sonido y haciendo pruebas para lo que iba a ser una fiesta fuera sin problemas.

-¡pongan esa pantalla en la esquina! – grito un hombre de cabello corto y oscuro que robo la mirada de Junsu quien paso barriendo con los ojos su cuerpo delgado y piel blanca, se enfoco en sus orbes oscuras como la medianoche y en esa lengua  que se paseaba por lo suaves labios del hombre. Sin duda un ser hermoso por fuera y que tal vez de igual manera por dentro.

-si señor – asintieron los trabajadores colocando el aparato en el lugar que se les había indicado.

Junsu lo siguió con la mirada, veía como daba órdenes y sonreía a cada uno de sus empleados al hacer las cosas bien, incluso su risa se escucho y Junsu sonrió pensando que le encantaría tener una cita con su vecino. Paso la mano por una larga cicatriz que iba del costado de su frente hasta su cuello y sonrió con tristeza nadie en su sano juicio le aceptaría.  Mordió su labio inferior  sintiendo la gruesa cicatriz que había quedado cuando su secuestrador le abrió el labio por la mitad con un pedazo de vidrio y al final su mano se situó en el pecho donde  la marca  redonda donde antes había estado el relicario regalo de su abuela  y ese hombre lo uso para marcarlo como ganado, el secuestrador había encendido la hornilla eléctrica y puesto el preciado regalo de Junsu a calentar hasta que este tenía un color rojo de lo caliente que se encontraba y lo incrusto en su piel. Los gritos de dolor inundaban la habitación y al otro hombre parecía llenarlo de placer el torturar a Junsu. Los policías tardaron cerca de quince días en dar con el paradero del secuestrador, en ese tiempo el hombre había marcado al muchacho con toda clase de instrumentos y aunque pensaron que Junsu podría ser violado en el camino el hombre nunca lo tomo porque era tan macho para convertirse en marica así que solo lo torturaba. Esas habían sido las palabras del hombre después de ser arrestado y encarcelado.

-¡hey vecino! – grito  el hombre desde la habitación de enfrente y ondeaba la mano  intentando captar la atención de Junsu – soy Yoochun – comento con una sonrisa en el rostro

Junsu jalo la capucha de su sudadera para ocultar su rostro y como esta le quedaba grande lo cubría bastante. No hablo solo imito el gesto para después cerrar las cortinas de golpe y dejar la habitación en una completa oscuridad. Se deslizo al piso y  abrazo sus piernas temblando como un gatito asustado.

-Yoochun – murmuro el nombre de su vecino y el temblor que atacaba su cuerpo desapareció, sonrió triste y no salió de la habitación en todo el día, se dedico solo ha escuchar la voz de su vecino para cuando la noche llego la música suave del jazz amenizaba la fiesta. Junsu observaba escondido tras las cortinas, buscaba en todo lo que se podía ver del jardín a Yoochun, lo diviso con un grupo de hombres tomando una copa de vino, platicaban de algo divertido puesto que todos sonreían y daban golpes amistosos en el hombro del otro. Sin duda Yoochun tenía amigos una gran diferencia a Junsu, su único amigo vivía en Europa y ni siquiera a él le había mostrado su rostro solo le dijo que  lo recordara como era antes del secuestro.

La fiesta marchaba de maravilla, todos los presente disfrutaban de la celebración. Yoochun había vivido en Estados Unidos por varios años pero extrañaba  su país así que su regreso fue más que bienvenido, no quería vivir en la ciudad èl prefería los suburbios donde la paz y tranquilidad  le permitieran componer y no es que en el costoso apartamento que poseía en la ciudad no tuviera esas dos cualidades, simplemente Yoochun lo sentía frio y solitario. Pero su nueva casa tenia eso  que pudiera llamarle hogar. Su familia vivía muy ocupada en los negocios familiares y su hermano menor estaba en la universidad y le quedaban meses para que este viniera de visita. Los vecinos fueron amables con él, incluso veía un destello en sus miradas cuando estos presentaban a sus hijas e hijos, porque si Yoochun estaba en el vecindario significaba una cosa – dinero -. Eso no molestaba al pelinegro puesto que había conocido gente menos interesada en las finanzas de su familia y que en sus frentes ya tenían escrita la palabra amigo que es algo importante para Yoochun.
Recordó a su vecino y la forma curiosa en que lo vigilaba desde lo que parecía ser el despacho. Alzo el rostro y noto que las cortinas aun permanecían cerradas, cuando se presento horas antes esperaba que su curioso vecino le diera su nombre pero lo único que había ocurrido fue que cerrara las cortinas. Ni siquiera su rostro pudo ver entre esa enorme sudadera que sin duda eran tallas más grandes. Lo único que el pelinegro observo fue su mirada  que denotaba tristeza, algo le había ocurrido para tener esa expresión en su oculto rostro.

-oppa que mala suerte, vives al lado del mounstro -  dijo la voz chillona de la vecina de enfrente.

-¿mounstro? – pregunto con duda, no le gusto que alguien llamara de esa forma a su desconocido vecino.

-oppa, Junsu es feo – dijo haciendo una mueca de asco y abrazándose a sí misma- según mis padres tuvo un accidente y quedo horrible. Yo lo he visto una vez que se atrevió a ir a la universidad, no sé cómo le permitieron la entrada a esa cosa.

-no es de señoritas tratar  mal a una persona que ha tenido un accidente y  solo te aconsejo que no me vuelvas a decir “oppa” nunca me ha gustado que me llamen así – comento con bastante tranquilidad Yoochun pero sintiendo la bilis subir por la garganta, la chica era bonita pero toda una arpía y ahora tenía una gran necesidad de ver a su vecino y certificar con sus propios ojos lo que ese accidente le causo.

La mujer se marcho molesta por  el desprecio del pelinegro mientras tanto el susodicho  no dejaba de pensar en aquel vecino curioso que  despierta gran interés en su persona.

Junsu habia presenciado desde la ventana la conversación de la mujer  y Yoochun, por la mirada del pelinegro en su dirección sabia que el tema principal fue el , conocía a la mujer y su mal trato el día que pensó que las marcas de su rostro no harían la diferencia en su vida , que equivocado estaba cuando puso un pie dentro de la institución las palabras dichas en voz baja y las malas caras le hicieron saber que no era bien recibido y esa chica se lo dijo a la cara, que nadie estaba interesado en ver a alguien tan parecido a frankeintain en su universidad de lujo  que regresara a su castillo donde fue creado, ese día Junsu  comprobó que los que decían ser sus amigos solo eran de apariencia porque ninguno de ellos le defendió y Junsu regreso a su solitaria casa.

Junsu suspiro cansinamente, tenía claro que  no hablaría mucho menos se presentaría frente a Yoochun por su apariencia pero quería que su vecino se imaginara su aspecto ahora con la amistad de la chica sabia que eso sería imposible, ella ya le habría contado su verdadera forma. Con pasos lentos se dirigió a su habitación, cambio sus ropas a una pijama de franela. Como otras tantas noches deseo que su secuestrador le hubiera matado a cambio de las cicatrices que lo convertían en la comidilla de todos.

la siguiente semana Junsu como todas las mañanas observaba a su vecino hacer flexiones, el cuerpo de Yoochun por muy delgado que fuera tenia bien definidos los músculos y ese  six pack demostraba lo frutos del ejercicio. Junsu se mordió el interior de la mejilla deseaba a Yoochun, ya varias noches se había tocado imaginando que su mano era la del pelinegro.

En ocasiones escuchaba los murmullos de la servidumbre bromeando acerca de cómo luciria el y Yoochun “igual que un clásico de Disneycomento una…” ¿la bella y la bestia?”  Respondía otra de las mujeres con una risita burlona empequeñeciendo la autoestima de Junsu. Era más que obvio la atracción que sentía por el pelinegro que olvido las burlas que recibiría por parte de sus empleados, la gente de afuera no importan al fin y al cabo no salía de casa pero la que deambulaba por su propiedad era tan su veneno era tan fatal  como la de  la serpiente más peligrosa del mundo.

Otro días otro dia menos y no es que importe el dia , la semana, mes o año la vida de Junsu gira por completo alrededor del pelinegro, ha buscado información por internet y cuando esta no fue suficiente contrato a un investigador, parece un acosador pero Junsu solo quiere saber todo sobre Yoochun. Quiere construir fantasías en las cuales ha imaginado un sin fin de encuentros casuales donde Junsu luce su radiante sonrisa y el sol acaricia su tersa piel, donde esa fea cicatriz no le hace parecer un monstruo y Yoochun le invita a salir , donde semanas más tarde el pelinegro profesa sus sentimientos al castaño y Junsu radiante lo acepta sin embargo la realidad es muy diferente y por eso Junsu prefiere los sueños en lugar de enfrentar la realidad. Elije ocultarse dentro de casa que enfrentar a todo el mundo y decirles que se vayan a la mierda que con o sin  cicatriz él puede vivir pero  es un cobarde que el mínimo comentario lo toma en contra de su persona pero él no tiene la culpa si desde el accidente solo se ha encontrado con personas que se burlan de su aspecto. Y si Yoochun es uno de ellos, Junsu no lo soportaría.

Abre la pesada cortina  dejando entrar un poco de luz al sombrío lugar cerrando con fuerza los ojos ante la brillante luz  que le ha cegado momentáneamente, le ve sentado en el césped con guitarra en mano, al parecer Yoochun tiene un nuevo hobby  y Junsu no evitar soltar una risita cuando el pelinegro rompe por accidente una de las cuerdas del instrumento. Yoochun si que era un virtuoso en  la música. Junsu tocaba el piano, en sus días más tristes tocaba melodías tan lúgubres que ni siquiera los sirvientes se acercaban pero ahora con el nuevo latir de su corazón por ese pelinegro que lo mira desde abajo con una linda sonrisa a diario tocaba las piezas más bellas que salían de su inspiración ¡espera! ¡Yoochun lo estaba observando! Y si la mirada del pelinegro  chocaba contra la suya propia y sentía el rubor cubrir sus mejillas, su mirada era tan intensa que le era imposible no dejar de ver y esa sonrisa que se ampliaba hizo que por un pelo de gato tuviera un ataque cardíaco y es que maldita sea Yoochun tenía la sonrisa más hermosa que había visto en una persona.

Junsu quería salir, deseaba mostrase frente al pelinegro pero su inseguridad siempre ganaba la batalla, corrió de golpe la cortina y volvió a hundirse en la oscuridad, sintiendo el latir presuroso de su corazón llevo la mano hasta su pecho intentando calmarlo. Salió  a la habitación a toda prisa y ya dentro se tumbo sobre la cama rodando en ella con el corazón lleno de felicidad porque si él fuera un tonto no hubiera notado el brillo con el que las oscuras orbes del pelinegro le miraba, Yoochun le miraba de la misma forma en que Junsu lo hacía.

La felicidad lo embargaba, el suave cosquilleo que recorría su cuerpo entero le decía que fuera a por él, que luchara, que no dejarse que nadie le arrebatara la felicidad que se había negado a si mismo  durante tanto tiempo. Y tomo la decisión final no importar si el resultado fuese bueno o malo. Junsu salió con paso titubeante de la habitación que lo había visto llorar por horas, su mas fiel testigo de aquellas palabras ofensivas contra el pero el pensamiento se deslizo de su mente cuando la imagen de Yoochun vino a él.

Corrió  por las escaleras tropezando en un escalón pero eso no lo hizo detenerse, siguió su camino hasta llegar a la puerta principal y salir  ante las miradas atónitas de todo el zoológico de animales que trabajaban para el “chúpense esta” pensó Junsu   mirando sobre el hombro a la más vil de todas las sirvientas con la boca abierta estupefacta por la valentía de su amo.

Toco  la puerta de su vecino brincando de un pie a otro  esperando que la puerta se abriese y el aliento casi se le va al ver al hermano menor de Yoochun tan parecidos pero no era el dueño de su corazón.

-Yoo...Yoochun…- murmuro apenas audible para el otro.

-Jardín – fue la escuálida respuesta  del joven quien solo se hizo a un lado y le permitió el paso, no hizo preguntas o descubrió su cabeza para ver su horrenda cicatriz solo le insto a pasar.

Y junsu no puso objeción alguna volvió sus paso apresurados dando una fuerte respiración cuando ya estaba en el jardín viendo de aquí por allá en todas direcciones, buscando al pelinegro que no parecía estar por ninguna parte. La guitarra estaba en el suelo ¿así que donde se habría metido Yoochun cuando el había reunido el valor suficiente para enfrentarle?

-tardaste  - una voz ronca hablo detrás de él y supo de inmediato a quien le pertenecía.

-Yoochun…

-ese soy yo – comento con un tono gracioso -  tardaste Junsu, he esperado semanas por ti – dijo el pelinegro con algo de nerviosismo.

-¿por mi? – pregunto el castaño aun sin comprender el porqué Yoochun lo esperaría.

-Junsu, primero date la vuelta y mírame – y con esa petición las piernas de Junsu se tambalearon ¿Qué tal si a Yoochun le gustaba? ¿Qué tal si la cicatriz le daba asco? Los temores de Junsu volvían.

-está bien – se mordió el labio e hizo lo que el pelinegro pidió encontrándose por primera vez cara a cara con el hombre que ocupaba su cabeza.

Yoochun parecía estudiarlo de pies a cabeza y Junsu sintió que pronto colapsaría. Yoochun bajo la capucha de la sudadera y movió parte del flequillo a un costado mirando su rostro, recorrió con el pulgar la cicatriz que lo atormentaba palpando cada relieve de su horrenda marca pero Yoochun no decía palabra alguna. Una tierna sonrisa apareció en el rostro del pelinegro y pronto las lagrimas corrían por el rostro de Junsu antes las palabras susurradas por el pelinegro y la verdad en sus ojos le decía que no mentía. Se lanzo contra el cuerpo del pelinegro encajando a la perfección entre sus brazos y dejo que las lagrimas lavaran todo su dolor mientras Yoochun seguía repitiéndole la misma oración con tanto cariño y devoción.

“Junsu, eres tan hermoso”

-mi valiente vecino que ha enfrentado una horda de animales salvajes en busca de su doncella que ha aguardado por su llegada  - comento con gracia rompiendo el intimo momento, se alegro cuando la suave risa de Junsu inundo sus oídos.

  -No soy tan valiente pero si he venido a todo por ti – dijo Junsu y justo antes que  Yoochun respondiera  callo mudo cuando el castaño le regalo la más bella sonrisa.

 – en serio Junsu, eres el ser más hermoso que jamás haya visto.


FIN






¿Que tal les pareció?¿les gusto? quisiera saber sus comentarios  :) y nos vemos para la proxima ~♥




3 comentarios:

  1. Oh, por dios.. es un hermoso One shot :D. Lo amé, me encantó que Yc no fuera de aquellas crueles personas que solo se guían por las apariencias. Fue tan dulce.. sigue publicando más fics, me gustó mucho. Suerte con el próximo ^_^.

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  2. Andaba buscando un poco de yoosu y me encontré con esta hermosura!!
    En verdad, sufrí con todo lo que le pasó a junsu pero sonreí como mensa cuando al fin se atrevió a ir por yoochun y más aún cuando le dijo lo hermoso que es *.*
    Escribes muy lindo, muchas gracias por este one shot :D

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