miércoles, 18 de diciembre de 2013

Aventura en el metro [ cap. 1 ]

Titulo:
Pequeño diablillo  – capitulo 1 –


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:::::::::::::: YOOCHUN ::::::::::::::

Yoochun corría por todo el pasillo de la estación, tenía que correr con todas sus fuerzas o el  último tren lo dejaría, sabía que era día feriado y el medio de transporte que a diario usaba dejaría de pasar dos horas antes de lo usual. Faltaban menos de dos minutos para que el tren llegara y todavía le faltaban cien metros para llegar a la línea que lo llevaría de vuelta a casa.


Estaba seguro que como él había decenas de hombres que olvidaron el horario  y viajaría como en auto sardina, apretado y  respirando el fuerte olor a sudor de todos los hombres en el pequeño espacio. Escucho el sonido estridente del tren aproximándose y utilizo las últimos refuerzos de energía para llegar justo a tiempo, así como entro en el vagón atiborrado de personas las puertas se cerraron y Yoochun dejo escapar un profundo suspiro, respiraba agitado  limpiando con la manga de su saco todo el sudor acumulado en la frente y aquel que escurría  por ambos lados de su rostro. Yoochun estaba equivocado, se imagino  que cuando subiera al tren, este no estaría lleno de personas pero no fue así, el espacio estaba casi a reventar que no podía siquiera moverse de su lugar ¡fuck! Maldijo para sí mismo si no le hubiera pedido la cita a su compañera de trabajo y esta no lo rechazara Yoochun no habría ido al primer bar que encontró y no estaría apretado entre toda la variedad de hombres que se encontraban a su alrededor. Escucho un quejido a su lado y de inmediato se disculpo no sabía porque pero lo hizo, el hombre al otro lado de la puerta del vagón con  piel canela solo le sonrió lascivo y Yoochun rodo los ojos, para varia después de decidirse a pedirle una cita a Ji hyo y ella lo rechazo, se encontraba con un hombre coqueteándole. Para no ver al hombre de piel morena y sonrisa ladina se dio la vuelta viendo las afueras, todo lo que veía era oscuro y otros pedazos de paisaje que son alumbrados por los postes de luz, se encontraba tan ensimismado que la mano de alguien vagando por el costado de su cadera lo alarmo,  trato de voltear el cuerpo pero  no pudo cuando el tren llego a la estación y la gente comenzó a bajar, la mano del desconocido se frotaba sobre su sexualidad mientras el susodicho se embarraba como mantequilla al pan  contra su cuerpo y Yoochun solo quería que las puertas se cerraran para darle su buen merecido al pervertido que osaba tocarle. Se imaginaba quien podría ser y sus puños se cerraron de cólera, el no era un marica como así suelen sus compañeros de trabajo llamar a los  homosexuales ¡vaya! Que él no tiene prejuicios moralistas  ni es mucho menos homofóbico pero que lo estén tocando tan descaradamente es otra cosa.

Las puertas se cerraban de nueva cuenta, el vagón comenzaba su lento andar y como una señal para Yoochun, este se giro de inmediato y con facilidad puesto que la mayoría de las personas descendieron en la parada anterior. Hizo  frente a su acosador encontrándose con un hombre centímetros más pequeño que Yoochun,  el hombrecito le sonrió tímido y todas las ganas que tenia Yoochun de molerle la cara se esfumo, no podía creer que este sería su acosador así que busco al de sonrisa lasciva y lo encontró aun a su lado frotándose descaradamente con otro hombre de tez blanca y lechosa, sus miembros estaban expuestos y la mano del moreno sujetaba ambos penes mientras su boca se ocupaba del largo e exquisito cuello del otro hombre.

-¿te gusta lo que ves? – le pregunto el hombrecito de cabello oscuro y ojos color caramelo

-tsk…no- escupió las palabras más para convencerse que para convencer al otro, ver a aquel par le excito, el otro rio bajito y Yoochun de pronto se imagino hacer lo mismo con el de risa aguda, se sacudió la cabeza por el pensamiento, el no es gay y no le atraen los hombres así que ¿por qué anda pensando idiotez y media con el más bajo?

Su mente se hundió en lo más profundo de sus pensamientos que de nueva cuenta no percibió aquel cuerpo pegándose al suyo cada vez más, cuando el primer roce y ese gemido quedo del acosador Yoochun encontró que su acosador era el hombrecito y que sin pudor ni vergüenza o miedo a ser golpeado se frotaba contra él,   La mirada de aquel sujeto que minuto antes era de dulzura se transformo en una de lujuria, sus ojos destilaban deseo…deseo por Yoochun.

:::::::::::::: JUNSU ::::::::::::::

Junsu observaba con deseo a la parejita que se encontraba en plena acción, sentado dos lugares más adelante  de la puerta del vagón y según el pretendiendo leer un artículo sobre los mejores animes cosa que no hacía, su vista esta fija en el moreno y el de piel blanca besándose sin pudor, las mejillas de Junsu lucían un rosado mientras sus piernas no dejaban  de moverse, la erección dentro de su pantalón crecía a cada instante y no era el único, vio a un hombre parado al otro extremo de la puerta que también veía hacia la pareja y su linda sonrisa y la cara de niño bueno se borro dejando salir el pequeño diablillo que es. Ya había visto a Yoochun cuando subiera al vago pero no  le dio importancia su radar gay no dio señal alguna que Yoochun lo fuera pero tal parece se había equivocado. Así que decidido se encamino  hacia Yoochun no sin antes rozar el trasero del moreno, ya detrás del pelinegro que era unos centímetros más altos de Junsu inicio su plan, su primera acción fue tocar la cadera del pelinegro quien se sobresalto ante el toque pero no hizo nada más que quedarse estático. Junsu sonrió para sí mismo y  su erección brinco de felicidad pronto tendría al pelinegro arrodillado chupándosela. Junsu se mordió el labio inferior para no gemir sus propios pensamientos lo estaban traicionando, la voz de conductor del tren resonó por el espacio señalando la próxima parada cosa que aprovecho Junsu, la persona se atiborraron en la entrada y Junsu tomo la oportunidad dad, comenzó a frotarse contra la espalda de Yoochun, su  erección se rozaba en medio del trasero del pelinegro y una de sus manos viajo a la entrepierna de este. El tren se detuvo y las personas descendieron y el vago quedo casi completamente vacío.

De pronto el pelinegro se dio la vuelta y Junsu retrocedió, se fijo en los puños cerrados del pelinegro “¡oh oh! Problemas” se dijo. Cuando el pelinegro  encontró a su abusador, ósea, Junsu quedo extrañado por el hombre castaño y una vez mas Junsu tuvo una oportunidad al pensar en frio y hablarle al pelinegro con naturalidad y le pregunto si le agradaba el espectáculo de Yunho y Jaejoong. Yoochun no dijo nada pero la mirada de Junsu lo decía todo.

-creo que estas confundido – le dijo el pelinegro y se alejo de Junsu hasta quedar en el otro extremo del vagón.

-puedo estarlo pero a mí me gusta lo que veo y quiero lo mismo… – comento Junsu sin tapujos sentándose al lado de Yoochun y regalándole una sonrisa de un millón que puso más nervioso al pelinegro  - contigo…
-no soy gay – dijo serio el pelinegro.

-¿y? – cuestiono Junsu y sin importarle las pocas personas que viajaban y que probablemente abandonarían el vagón en la próxima parada, Junsu se monto a horcajadas sobre Yoochun, se meneaba de adelante a atrás dejando su trasero perfectamente alineado contra la entrepierna del pelinegro - ¿no te gusta? – Pregunto cerca….muy cerca de los labios de Yoochun - esto se pondrá interesante… - sonrió Junsu y antes que Yoochun protestara, Junsu estampo los labios contra los del pelinegro deslizando la lengua dentro de la boca de Yoochun, un beso erótico, profundo y caliente. Las caderas de Junsu se movían con frenesí mientras devorabas su bocas y Junsu sonrió de lado durante aquel candente beso al sentir las manos del pelinegro apretar su bien dotado trasero con las manos mientras le empujaba contra su adolorida erección encerrada bajo su pantalones.

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Ajenos a las miradas de los presentes, Junsu se meneaba contra la dura erección de Yoochun y su compañero sentía la del castaño y esos pantalones  cortos y ajustados a la silueta de Junsu no hacían nada más que delinear cada curva del hombre. El pelinegro no sabía porque su cuerpo respondió a los besos de Junsu y no importa en verdad  si es gay o no. El redondo culo de Junsu no hace otra cosa que demostrarle que ser gay no es malo y que no se siente mal, al contrario disfruta a tope de cada meneo, cada beso y cada gemido proveniente de Junsu que lo calienta de sobremanera. Su pene está listo para enterrarse en el pasaje del castaño.

-¡dios que bien se siente! – dice Junsu contra los labios de Yoochun y este solo asiente con la cabeza, dándole la razón al castaño

- que buen culo….- dice el pelinegro mientras le da un apretón a los redondos globos de Junsu – yo nunca… - no termina la frase porque Junsu ya le ha besado de nueva cuenta  y con brusquedad que a la hora de separar sus bocas un hilillo de saliva corre por la comisura de sus labios

-seré tú primero – responde con una sonrisilla deslizándose por el regazo de Yoochun hasta quedar  de rodillas  y abrir las piernas del pelinegro y situarse en medio de ellas – huele bien… - comenta y aspira la entrepierna de Yoochun donde su pene pulsa  por el gesto tan erótico de parte de Junsu

-¡fuck! – maldice y es que las traviesas manos del castaño han atrapado su erección, sobándola mientras escucha a los lejos los comentarios de una par de ancianas que los miran con estupefacto y no tacha de sin vergüenzas y asqueroso la escena frente a ellas y así como llegan a la siguiente parada ambas mujeres bajan como alma que lleva al diablo dejando a los amantes continuar con su labor

No dicen muchas palabras, solo gimen y se dejan llevar. Junsu mira a donde se encuentra la otra pareja donde prácticamente el moreno martilla al de tez pálida. Follándolo rudamente y el pene de Junsu se emociona si se puede aun mas. Como gato en celo abre el pantalón del pelinegro y saca el prominente miembro que ya exuda pre-semen y la boca de junsu se hace agua y no duda en probar el pene de Yoochun. El pelinegro echa la cabeza atrás con un gemido gutural, la boca de Junsu ha envuelto la cabeza de su pene deliciosamente, chupando lento y succionando tan fuerte que siente que sus bolas se comprimen. Nunca se imagino que tendría sexo en un vagón y mucho menos que con quien lo tuviera fuera hombre y no se arrepiente porque este desconocido al que ni siquiera se presento, le está matando de placer con la boca tan follable que posee.

Junsu levanta la vista y esa sonrisa  cargada de lujuria no desaparece de su rostro, admira los rasgos faciales de Yoochun, el desconocido  a quien le chupa  el pene, no le interesa conocer el nombre del pelinegro su único deseo es empalarse y tener dentro el falo de Yoochun, cabalgarlo como el jinete experimentado que es.

-¡maldicion, no pares! – grita el pelinegro por la falta de atención a su pene, puesto que Junsu se ha quedado  vagando en sus propias fantasías sexuales

-lo siento… - se disculpa y vuelve a la tarea de consentir el falo del pelinegro, entierra por completo el rostro entre las piernas de Yoochun sintiendo como la punta en forma de hongo alcanza su garganta y Yoochun cree que no durara mucho en correrse, el adorable diablillo sabe a la perfección como usar su boca.

Yoochun no quiere ser quien acate las órdenes de Junsu así que lo toma desprevenido y lo jala del cabello, llega a escuchar un gruñido por parte del castaño pero a él le vale una mierda que el otro proteste, es el turno de Yoochun de ser el alpha. Tan pronto sus rostros están cerca uno del otro Yoochun devora la boca de su contrario, besándole con brusquedad no hay tiempo de ser suaves de lo contrario llegara su parada y bajara con un  grave problema entre las piernas.

-mi turno – murmura contra los labios del castaño y le regala una traviesa sonrisa a Junsu. Aunque este falto de experiencia, Yoochun como hombre conoce los puntos sensibles que a todo ser del sexo masculino los hacen delirar.

Volviendo a la posición original, de Junsu sentado a horcajadas sobre su regazo con las piernas a los costados. Yoochun pasea el rostro por los montecitos que sobresalen de la playera del castaño y atrapa el primero con los dientes lanzando en el cuerpo de Junsu una descarga de éxtasis, lo hace gemir y ese sonido le encanta y vuelve a repetir la acción ganándose un gemido más. Las manos del pelinegro  se hacen camino entre las ropas de Junsu, una mano vaga por dentro de su playera posándose en su cintura baja para sostenerlo y que no vaya a caer mientras la otra se ha adentrado en el pantalón.

-mierda…- masculla, se ha dado cuenta que Junsu no trae ropa interior – sexy – dice  sin dejar su labor en los pezones de Junsu, la playera de este se había vuelto transparente dejando entre ver los montecitos color marrón  y Yoochun disfruta de la vista y de lo sensible que es el castaño

La mano del pelinegro amasa el culo de Junsu tanto como puede y el castaño se frota contra la entrepierna del otro consiguiendo que ambos giman, este hombre para ser primerizo es bueno…muy bueno en pensamientos del castaño.

-¡sí! – grita con un agudo gemido, un dedo de Yoochun ha rozado su fruncido anillo y ruega por mas
-¿quieres esto? – le pregunta al castaño hundiendo el dedo índice en la entrada de Junsu, gimiendo al mismo tiempo que el otro - ¡fuck! Tan apretado… - comenta jadeante, mueve el dedo en círculos para estirar el agujero del castaño y poder albergar su pene, ya se imagina lo apretado que va  a estar su falo, su pene gotea mas pre-semen  y nota la parte delantera del pantalón del otro se está humedeciendo con su propia esencia.

Junsu por su parte necesita que el pelinegro agregue un dedo o dos más en su interior, por el rabillo del ojo ve a la otra pareja  tirados en el suelo, el moreno aquel  tiene en cuatro al de piel blanca en la típica posición de perrito, igual que los animales se mueven a un ritmo desquiciado, ellos también lo están disfrutando y espera con poca paciencia a que el pelinegro  se hunda por completo en su interior.

Con dos dedos ahora y agregando un tercero Junsu no puede esperar más y  monta los dedos del pelinegro  cual vaquero del medio oeste. Quedan pocas paradas y  si no se apuran llegaran la base del tren o inclusive   ser atrapados por los guardias una vez que lleguen al final de la ruta.  Junsu abre sus propios pantalones bajándolos como puede hasta debajo de las rodillas, los dedos de Yoochun lo tienen goteando pre semen a full y si no hunde el grueso pene de su amante terminara corriéndose sin haber disfrutado de una buena follada con un desconocido.

Sin mirones a la vista Yoochun baja con ansias al mas bajo de su regazo dejándolo de pie, le hace que se sostenga del pasa manos, mientras Junsu tan obediente como un cordero cumple cada petición del pelinegro, la piel se le ha puesto de gallina cuando Yoochun le baja el pantalón y roza su erección contra la raja de sus nalgas. Cual experto amante gay se maneja Yoochun  clavándose de un jalón en el apretado culo de Junsu, para que hacerlo rogar y torturarse a ambos si  lo que quieren es una jodida rápida, los juegos preliminares los tienen a explotar y sus testículos reventaran si no descargar todo su espera.

Sin esperar a que el otro se acostumbre a su pene clavado hasta la empuñadura, Yoochun comienza su entrada y salida de Junsu. Maldice por lo apretado del pasaje  y le habla lo más sucio que su mente pueda maquilar, por el otro lado Junsu se enciende mas ante cada “gimes como una puta, tan apretado y rico, te voy a dejar lleno de mi leche”. Se empala  cuanto puede y grita cuando el pelinegro toca su próstata.
Al otro lado del vagon la otra parejita sigue su propio juego Yoochun ve al de tez blanca a cuatro patas pidiendo más como gato en celo mientras el moreno se clava con rudeza y le masturba, una escena erótica parecida a las de una peli porno.

-¡asi! ¡jodeme! – clama Junsu , no le importa que sus brazos estén perdiendo fuerza en el agarre y termine  de boca mientras Yoochun le folle es lo único que le basta.

-con esa boquita besas a tu mama – comenta el pelinegro y le da un golpe en el culo dejando la marca de su mano sobre el redondo globo. Se siente pedido en el placer, el aroma a sexo y lo bizarro de la situación lo ponen tan cachondo que se agarra de ambos lados de la cadera de Junsu aumentado la fuerza de sus embestidas, lo único que escucha es el chasquido de sus bolas chocar contra el trasero del otro, los gemidos de Junsu resuenan por el lugar. Ahora que solo cuatro personas quedan y todas ellas están disfrutando de una buena jodida porque no gemir como lo hace en casa.

- ¡me voy a corre!- grita Yoochun moviéndose frenéticamente hasta que  sus testículos se contraen con el inminente orgasmo, una sola embestida y se clava lo mas que puede descargando su esperma en el interior de Junsu. Sabiendo que el otro aun no se libera Yoochun aun con los espasmos de su orgasmo toma la erección pasando el pulgar por debajo de la cabeza enviando olas de placer en Junsu que aun sigue unido al pelinegro y se mueve contra este. La mano del pelinegro es rápida bombeando de arriba abajo, dándole uno que otro apretón hasta que Junsu no pudo más y con un fuerte gemido se corrió en la mano de Yoochun quien lo sostenía para que  no cayera puesto que a la hora de correrse Junsu soltó su agarre del pasamanos. Los chorros de calientes esperma llenaron la palma de su mano y le dio un tirón más a la erección para que toda la esencia de Junsu saliera.

-eso…fue…- dijo Junsu con los ojos cerrados disfrutando aun de su reciente follada y corrida.

-si… - fue lo único que comento el pelinegro antes de sacar su pene del interior de Junsu.

Yoochun vio la mano con la que masturbo a Junsu preguntándose como la limpiaría, si lo hacía en el pantalón iba a quedar en vergüenza  cuando llevara el traje a la tintorería, sumido en su dilema de limpiar su mano Junsu se le adelanto y lamio todos los restos de su  semen para al último compartir un candente beso donde el pelinegro probo el sabor del más bajo.

-nos vemos – comento junsu después de romper el apasionado beso y se acomodo sus rompas y ayudo al pelinegro con las suyas.

Al tiempo que terminaba de acomodar el pene de Yoochun dentro de su pantalón el tren paro y las puertas se abrieron, con un último beso Junsu se despidió del extraño y bajo del vagón justo cuando la alarma sonó indicando  que las puerta se cerrarían. Con un leve movimiento de manos Junsu despedía a su desconocido amante quien lo miraba con una ligera sonrisa y sacaba la lengua para deslizarla por el borde de sus labios.
Yoochun tomo asiento, pasando la vista por todo el lugar y encontrando a la otra parejita arreglando sus ropas mientras se devoraban de vez en cuando las bocas. Yoochun hecho la cabeza atrás no podía creer que había tenido sexo con un extraño en un tren y mucho peor con un hombre, pero bueno le encanto y quien sabe tal vez dejaría a las mujeres un tiempo e iría a la caza un buen culo que follar

Fin



1 comentario:

  1. Cuarteto de exhibicionistas!!!!
    pero me encanto ese Junsu todo atrevido y pervertidor xD !!!

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