Alone

Titulo: Alone

Autor: Tamys de kim

Parejas: Junsu x ?

Género: angust, fantasia

Extensión: Drabble

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-Ellos son una real pareja, cambia formas a  los cuales los dioses han destinado a unir sus vidas desde antes de su nacimiento.

-Pero yo lo amo.

-Y él se ha unido a su verdadera unión ¿eso donde te deja?

-¿En el olvido?

-Así es, porque aun  si él te amara ese sentimiento disminuiría con el paso del tiempo, lo has comprobado ¿cuánta veces ha ido a tu lecho en estos  días en busca de tu cuerpo desde que su verdadera unión llego?

-Dos veces…pero el solo ha de estar confundido.

-Kim Junsu ni tú mismo te tragas esa absurda mentira.

-Pero…pero  hemos estado juntos por  tantos años….el  me salvo de la muerte...peleo contra el alfa de la manada para reclamarme como su pareja.

-Lo sé… sin embargo sus sentimientos han cambiado y eso se debe a que su real pareja este entre nosotros, sus lobos internos se llaman y la copula se ha realizado así que Junsu tu sales sobrando.

-¡No me rendiré! ¡voy a Pelear por mi pareja!

-Inténtalo muchacho, ojala no mueras en el intento  y sabes bien porque te lo digo.

-El nunca me lastimaría soy su pareja  y si así fuera preferiría morir en sus manos que pasar toda una vida sin su amor o incluso que llegase a odiarme por  estar atado a  mí.

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Sentado en sus patas traseras Junsu lamia su pata derecha,  todo el cuerpo  lo sentía entumecido mas debía seguir su camino, buscar una nueva manada que le aceptase o mejor aun encontrar la muerte a manos de humanos.  El hombre que tanto amo le había propinado una real paliza y  exiliado de la manada por agredir a la actual  pareja. Ahora aquellos dos  no tenían que preocuparse por Junsu  que era como una piedra en el zapato al revelar que los dioses les habían destinado y Junsu solo  paso a la historia para el ahora alfa de los cambia formas lobo.

-vienes a regodearte, anda dime “ te lo dije ”  - dijo Junsu cambiando a su forma humana mirando  de soslayo a la luna llena que llamaba a todas aquellas criaturas en celo para aparearse, era la primera vez que Junsu la pasaría solo.

-te lo advertí – dijo el hombre parado a su lado.  

-creí que nuestra amor era fuerte…pero no fue así.

-los dioses les bendijeron con  un amor tan profundo que  al momento de conocerse sus lobos internos ya ansiaban la copula y así marcarse como pareja sin importar que tus estuvieras en medio.

-y los dioses ¿nunca pensaron en mi? ¿Qué saldría herido?¿qué me quedaría sin familia…sin mi manada?

-lo siento…

-no te disculpes… debí hacerte caso.

-te buscare una nueva manada.

-déjalo así.

-pero soy el guardián de los cambia formas  en tierra debo cuidar de ti.

-y yo soy lo suficientemente adulto para cuidar de mi… tu ve y cuida de tus preciados cambia formas y déjame lamer mis heridas.

-eres injusto Junsu.

-¿lo soy?  Porque a mi parecer  los injustos son  los dioses que  juegan con nosotros a su gusto.

-Junsu no hables de esa manera o serás castigado.

-¿en serio? Me castigaran más de lo que  mi alfa lo ha hecho ¿dime que castigo recibiré? Ya se me dejaran en mi piel de hombre por siempre. Ese es el peor castigo que puede recibir un cambia formas y ya no me importa nada.

-Junsu   se que estas dolido pero descargar tu furia en los dioses no ayudara en nada.

-me da igual… cuatrocientos años viví  feliz  y mírame ahora ya no tengo nada.  Rogué para que no me dejara, incluso me humille a ser solo su mascota  y  con un solo golpe  a su nueva pareja  me echo sin importarle el daño que me causo….nunca miro hacia atrás para ver mi piel abierta y la sangre brotando de ella – dijo  observando la palma de la mano donde  el alfa le había clavado sus poderosos colmillos.

-los dioses quizás te hayan destinado a otro lobo, Junsu – trataba de convencer al cambia formas, puesto que sabía que si continuaba en depresión su lobo interno y el morirían y la única forma de salvarlo  era  convenciéndolo de que era especial darle toda la confianza para superarlo.

-no  es verdad – replico con la voz apagado como si aquel cambia formas alegre hubiese desaparecido y en su lugar solo quedase el cascaron vacio- además se lo que tratas de hacer, te he visto tantas veces ayudar a otros cambia formas pero en esta ocasión no es lo mismo  aquellas parejas no eran destinadas ni siquiera debían estar juntas y todos han encontrado a alguien más.

-Junsu como pueden ser diferentes cosas, entiendo que todas esas personas no debía estar juntos pero tú debes salir a delante, buscar de nuevo tu felicidad y así pedir a tu alfa que redima los actos que causaste.

-¡nunca lo hare! el robo lo que era mío – cerro con fuerza los ojos que le picaban por aquellas traicioneras lagrimas pero Junsu ya no sufriría por el cambia formas lobo que además era el líder, buscaría la paz interna que le ayudase a sanara y quizás algún día comenzaría de nueva cuenta la búsqueda de su compañero de vida pero por mientras  su corazón permanecería cerrado.

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Caminando por el sendero que lo alejaba de lo que alguna vez fue su hogar, un cambia formas en su piel de lobo avanzaba a paso lento procurando no esforzarse mas de la cuenta y terminar moribundo. Cojeando de la pata derecha, con un ojo medio cerrado debido a la sangre que bajaba de su frente y le impedía ver bien. El hombre que había sido su compañero por cuatrocientos años le olvido y ahora con el pelaje oscuro debido al lodo ocultando su verdadero color tan blanco como la nueve se moteaba del rojo carmesí  de la sangre seca que fluía de las heridas frescas  que dolían a rabiar mientras la luna llenase fijaba al horizonte y le acompañaba en su camino en un solitario andar mientras tanto su manada corría, se perseguían entre ellos pues era día de aparearse y entretanto el camina al exilio. Marchaba borrando cada recuerdo de su memoria….marchaba en busca de la sanación para su  aniquilado corazón entre tanto las lagrimas le impedían ver hacia adelante oraba en silencio  a los dioses que tanto había culpado que le mostraran el camino por donde se encontraba  aquel que es su verdadera unión  y si tal persona no existiese le guiaran a una muerte  inmediata para así no sufrir  por la desdicha y el amor del cual no fue bendecido.

fin